Lo mejor de no pensar mucho es que es más fácil ser feliz, por lo menos eso es lo que me digo a mi mismo cada que salgo mal en algún examen o me preguntan algo que no desconozco, no es que sea tonto sino que me gusta ser feliz.
Todo estaba muy bien hasta que se me ocurrió pasar por ese callejón, ese callejón que había visto tantas veces, ese callejón que savia que me iba a ahorrar 6 o 7 minutos de camino a casa pero el cual nunca tomaba por que siempre había preferido pasar por la casa de ella, por que era mi forma extraña de demostrarle cuanto la apreciaba, era ese esfuerzo extra que le otorgaba, ese sacrifico de mis 6 o 7 minutos de descanso que me había ganado a pulso, después de toda una tarde de tomar clases extrañas, con personas que odiaba y aprendiendo cosas que no me importaban, pero nada de eso importaba cuando pasaba por ese portón rojo, nada de eso recordaba si tenia la suerte de escucharla reír a causa de una ocurrencia de su hermanito, o si por algún motivo ella se encontraba afuera yo simplemente dejaba de estar, la persona que yo suelo ser desaparecía solo quedaba este ente que no hacia nada mas que apreciarla.
Pero todo se acabo esa fatídica noche que entre a aquel callejón, era tarde y mi madre me había pedido que regresara temprano para ayudarla a hacer algo que ni siquiera recuerdo, entre en el camine dos o tres metros cuando de pronto su silueta apareció, era ella, normalmente el ente adorador hubiera aparecido pero por asares del destino no sucedió, seguía siendo yo, aquel que tenia miedo hablarle, aquel que no savia ni su nombre pero aun así pensaba en ella todas las noches.
Casi intuitivamente me escondí y trate de no hacer ruido, me dedique a admirarla, vi su hermoso pelo, aquel con el que tantas noches había soñado tocar, después observe sus ojos aquellos que tenían un toque angelical, nunca había estado tan cerca de ella, nunca había tenido una oportunidad como esta, pero aun así el miedo no me dejaba actuar, no me podía mover para decirle mi nombre y preguntarle el suyo, no me podía mover para decirle que aunque era la primera vez que nos veíamos yo la iba a querer hasta la eternidad.
Dos minutos pasaron, pero mil pensamientos invadieron mi cabeza, cuando por fin se me ocurrió que era mejor hablar con ella solo un segundo, aunque sea para conocer su nombre, que era mejor escuchar su voz una sola vez y ser rechazado, a nunca conocer su nombre, hasta que ese pensamiento invadió mi ser, no me pude mover.
Camine dos pasos temblando pero por fin moviéndome, y empecé a acercarme a ella, no se si me vio o no, debido a que tuve que serrar mis ojos para no acobardarme, cuando sentí que estaba lo suficientemente cerca los abrí para poderla admirarla de cerca, y todas mis ilusiones cayeron, todos mis sueños con ella, se esfumaron, fue tan rápido, solo tomo un parpadeo, pero aun así no creo volver a sentir dolor igual.
Un ente sucio y corrompido estaba mancillando mis sueños y mis ilusiones, una mano impía estaba tocando mis esperanzas, luego escuche esa frase que acabo con todo, esa frase por la cual hasta el momento desearía ser sordo, ese “por que tardaste tanto amor”, ese “llevo como media hora esperándote en este sucio callejón”, ese “además este tipo se me quedo viendo medio raro”.
No me quede de otra que salir corriendo, total ya no sentía nada, lo poco que tenia de auto respeto acababa de morir, no quería que le ocurriera la mismo a mi tonto cuerpo, corrí y corrí hasta que no pude mas cuando por fin me case me bote en la acera y me eche a llorar.
Desde ese día no e dejado de pensar, es una lastima que no puedo dejar de pensar, en si es lo único que ago últimamente, en fin no se puede ser feliz eternamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario